"No Llevo como una carga el ser popular"



La protagonista de Dulce Amor confiesa que está en pareja y que le gustan más los hombres simples, de barrio, que “los circunspectos con el pelito perfecto”. •De chica estaba convencida de que Papá Noel pasaba varias veces por la casa de su abuela y ella no lograba verlo porque a medida que iban llegando tíos y primos, se iba llenando de regalos el arbolito de Navidad que su nona armaba arriba de un modular.

•En aquella ingenua y tierna infancia no se perdía La extraña dama, el inolvidable culebrón protagonizado por Luisa Kuliok. Hoy, con 37 años, la que hipnotiza a los argentinos todas las noches es ella.

•Carina Zampini no para de sorprenderse por la popularidad que alcanzó la novela del año, Dulce amor (que seguirá durante el verano), por eso sus ojos se desorbitan cuando escucha cosas como que un grupo de fans de la tira de Telefe se manifestó en el Obelisco para que Victoria Bandi (su personaje) vuelva a estar con Marcos Guerrero (Sebastián Estevanez).

 •En la calle la reconocen, la saludan, le piden fotos y Carina responde con la simpatía, la calidez y la sencillez de una chica de barrio.

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- ¿Extrañás el anonimato? - En general no. No llevo como una carga el hecho de ser popular o estar haciendo un programa exitoso. Sí lo extraño en algunos momentos particulares, como cuando voy al supermercado los sábados. O el otro día, que iba manejando mi auto y quedé detenida en un semáforo mirando un bar precioso, con mesitas en la calle y gente sentada al sol. Le dije a mi hijo (Manuel, de 13 años): “Cómo me gustaría bajar y no ser quien soy para los demás”. Extraño la libertad y el disfrute de no tener la mirada ajena permanentemente en la nuca, porque más allá de que la gente sea respetuosa y no me incomode, me siento observada. Pero en general soy muy tranquila y cuando no trabajo estoy en mi casa, así que mucho no me doy cuenta.

 - Veo que no tenés un chofer que te lleve “al fin del mundo” como en la ficción… Carina Zampini

- No (se ríe), a mí todo lo que sea dependiente de cosas (como que me lleven) no me gusta. Me subo al auto y manejo. En esta época escucho que todos proyectan viajes y sacan pasajes para distintos lugares. Mi fin del mundo es mi casa, yo necesito estar ahí, con mis cosas, tomando mate. Toda la cuestión organizativa de los viajes me estresa, necesito tranquilidad.


 - ¿Para vestirte también sos tan relajada o te producís? -

Sí, soy muy tranquila, clásica. Y la verdad es que bastante desatenta para ser mujer. Sí me gusta arreglarme y pensar cómo me voy a vestir para un evento en particular o para una salida, pero “en el todos los días” uso lo primero que encuentro. No soy de esas personas que la noche anterior se fijan qué se van a poner o en que la ropa combine.

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